jueves, julio 01, 2010

Volando por encima de una aurora austral


Cuando el 29 de mayo de 2010 los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional miraron hacia el sur desde su mirador que en ese entonces se encontraba a 350 km sobre el Océano Indico meridional, contemplaron una gigantesca cinta verde centellando en la noche (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 600 píxeles o verla aún más grande).

Estas bandas cambiantes y luminosas, conocidas como auroras australes, también se observan habitualmente en las latitudes altas del hemisferio norte, recibiendo el nombre de auroras boreales o luces del norte.

Luces trémulas y fugaces. El 13 de diciembre de 2009 las Luces del Norte hechizaron el cielo de la Isla de Kvaloya, cerca de la ciudad noruega de Tromso. Una exposición de 30 segundos bastó para registrar el trémulo resplandor de la aurora boreal iluminando con gran delicadeza el paisaje costero invernal. Consiguió también, en un alarde de contrastes, captar el relámpago desgarrador de una estrella fugaz perteneciente a la excepcional lluvia de meteoros de las Gemínidas, que tiene lugar todos los años en diciembre (clic en la imagen para ampliarla). Leer la entrada completa.

Sean tanto del hemisferio sur como del norte, la causa de las auroras es la misma: se deben a una lluvia de partículas cargadas eléctricamente procedentes de la magnetosfera que se propagan por la atmósfera cercana a los polos terrestres. Dichas partículas cargadas producen la luminiscencia verde al excitar los átomos de oxígeno a unos 100 km o más de altura.

Es muy probable que la aurora del 29 de mayo haya sido el resultado de la interacción de la magnetosfera con una eyección de masa coronal expulsada por el Sol cinco días antes, tal como se observa en la siguiente fotografía tomada por la nave espacial STEREO-A (clic en la imagen para ampliarla):

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 1° de julio de 2010. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: ISS Expedition 23 Crew, ISAL, NASA.